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Una enfermedad considerada controlable, la tuberculosis (TB), está mostrando un preocupante resurgimiento en Argentina. El más reciente Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación reveló un aumento sostenido del 65,9% en la notificación de nuevos casos a lo largo del último lustro (2020 a 2025). Solo entre 2024 y 2025, el incremento fue del 11%.


Este incremento en las tasas de una infección bacteriana que es, en la mayoría de los casos, curable con un tratamiento antibiótico simple, aunque prolongado, refleja una tendencia que es tanto regional como global.

El Contexto global y americano

Según la publicación especializada, el aumento de la carga de TB a nivel mundial se aceleró tras el impacto de la pandemia. Las cifras globales son alarmantes: se estima que en 2023, más de 10,8 millones de personas enfermaron y el número de fallecimientos superó los 1,25 millones.

Este crecimiento se atribuye a factores críticos como la pobreza, el hacinamiento, la movilidad forzada, las condiciones laborales precarias y las barreras en el acceso a la atención médica. El continente americano no es la excepción; la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reportó 342.000 nuevos casos y cerca de 35.000 muertes por TB en 2023.

Patrones de contagio y síntomas

La Dra. Ana Putruele, jefa de División Neumonología del Hospital de Clínicas, explicó que la TB es una infección contagiosa que ataca primariamente a los pulmones, aunque puede diseminarse a otros órganos. La transmisión se produce por vía aérea, es decir, al toser, salivar o compartir espacios cerrados durante periodos prolongados.

Los signos de la enfermedad incluyen:

·Tos persistente (a veces con eliminación de sangre).

·Dolor torácico.

·Debilidad extrema, fatiga y falta de apetito, lo que lleva a la pérdida de peso.

·Fiebre, escalofríos y sudoración nocturna.

Distribución nacional y desafío pediátrico

La distribución de la enfermedad en Argentina muestra un patrón desigual: las provincias con mayor incidencia en relación con su población son Jujuy, Salta y la Ciudad de Buenos Aires (CABA). En contraste, Mendoza, La Rioja y Catamarca registran las tasas más bajas. Cabe destacar que las jurisdicciones con mayor concentración de pacientes suman casi el 79% de los casos nacionales.

La patología continúa afectando gravemente a la población más joven, con aproximadamente 3.000 casos anuales en niños y adolescentes (1.387 en menores de 15 años y 1.558 en el rango de 15 a 19 años).

El desafío de la adherencia al tratamiento

El Ministerio de Salud se comprometió a mejorar diversas herramientas, incluyendo la aceleración de los tiempos de diagnóstico y la identificación temprana de pacientes con cepas resistentes al medicamento principal (Rifampicina), lo que exige buscar alternativas terapéuticas.

Según la Dra. Putruele, el incumplimiento en la toma de la medicación es uno de los mayores obstáculos, ya que la ingesta irregular puede generar variantes de la TB más difíciles de tratar (formas "resistentes"), lo que impone un esfuerzo significativamente mayor al sistema sanitario. El principal desafío es lograr que los pacientes completen el esquema terapéutico, pues al cabo de seis meses, la tasa de curación supera el 90%.