El Ministerio de Economía revelará en los próximos días un informe que expone una significativa contracción en el parque productivo argentino durante 2024, con la pérdida de aproximadamente 13.000 unidades productivas. De estas, unas 5.200 corresponden al sector industrial. El estudio, centrado en la natalidad y mortandad de PyMEs, indica que el año pasado se crearon 53.000 nuevas firmas, mientras que 66.000 cerraron.
Esta cifra fue anticipada por Marcos Ayerra, secretario de PyMEs, Emprendedores y Economía del Conocimiento, durante una transmisión de streaming organizada por la Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA). Ayerra explicó que la disminución en la cantidad de empresas se debió principalmente a una menor "natalidad" de lo habitual, más que a un aumento en la "mortalidad", la cual incluso fue inferior al promedio histórico.
Una tendencia de estancamiento de larga data
El funcionario señaló que desde 2007, la cantidad de empleadores en Argentina se ha mantenido prácticamente sin cambios, rondando los 540.000. "En 17 años no ha habido ningún cambio", afirmó Ayerra, basándose en un relevamiento de su dependencia que abarca hasta 2023 y que próximamente se actualizará con los datos de 2024.
Históricamente, el promedio anual mostraba la creación de 69.000 empresas, con un número idéntico de cierres, lo que Ayerra interpretó como un "agobio al emprendedurismo" en Argentina.
El factor clave de 2024: Menos nacimientos de empresas
Para el año 2024, el dato más relevante es que nacieron menos empresas, alcanzando las 53.000 nuevas firmas. Esto, según Ayerra, "se entiende en el marco de tanta transformación de los paradigmas de cómo hacer las cosas en Argentina".
Sin embargo, el secretario enfatizó un punto crucial: "No han muerto más empresas que en la serie histórica". Si bien el promedio de cierres anuales es de 69.000, en 2024 el número fue de 66.000.
En el caso específico de las PyMEs industriales, históricamente cerraban unas 5.700 por año, pero en 2024 la cifra fue de 5.200.
Ayerra interpretó estos datos como una señal de que, a pesar de ser "un año duro" y de "transformación", "la gente aguantó" y las empresas cerraron en menor medida que el promedio. No obstante, la menor cantidad de nuevas iniciativas emprendedoras fue el factor determinante en la reducción general de unidades productivas.