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El mercado cambiario argentino inició agosto con un respiro, mostrando estabilidad en la cotización oficial y leves retrocesos en los dólares paralelos. Esta tregua se produce en un contexto de buenas noticias para el Gobierno, tras la aprobación de un nuevo desembolso por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI). La confirmación de la primera revisión del acuerdo de facilidades extendidas (EFF) y el ingreso de 2.000 millones de dólares están reforzando las reservas y calmando las tensiones que marcaron el final de julio.

Mercados en calma y nuevos ajustes

En el inicio de la semana, el dólar blue retrocedió 10 pesos, cotizando en $1.325. Por su parte, el dólar oficial en el Banco Nación se mantuvo sin cambios en $1.375, mientras que el precio promedio de los bancos se ubicó en $1.375,85. Los dólares financieros también mostraron movimientos dispares: el MEP subió levemente a $1.363,21, mientras que el contado con liquidación (CCL) cayó a $1.365,45.

La aparente calma en el mercado mayorista se atribuye a una mayor oferta de divisas y un renovado interés por el carry trade, una estrategia de inversión que busca obtener ganancias de la diferencia de tasas de interés. El economista Gustavo Ber señaló que la estabilidad del tipo de cambio ha generado escenarios de "interesantes retornos en dólares".

Para acompañar este proceso, el Banco Central (BCRA) tomó medidas para controlar la liquidez, elevando los encajes bancarios al 40% para contener la presión sobre el tipo de cambio.

Acuerdo con el FMI y desafíos por delante

El desembolso del FMI, que se destinará a engrosar las reservas internacionales y pagar vencimientos de deuda con el mismo organismo, llega de la mano de un ajuste en las metas. El ministro de Economía, Luis Caputo, anunció que el objetivo de acumulación de reservas para este año se reducirá en 5.000 millones de dólares.

Aunque los contratos de futuros sugieren que la calma podría mantenerse, con proyecciones que sitúan el dólar mayorista en $1.383,50 para finales de agosto y en $1.513 para diciembre, la cautela persiste. El arranque de agosto se presenta como una tregua, un respiro para el Gobierno y los mercados, que miran con atención la evolución de la situación económica en los próximos meses.