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Contrario al optimismo oficial sobre un "repunte", las principales entidades financieras globales confirmaron un "deterioro" del entorno económico y un freno casi total al crédito, salvo para exportadoras y el sector energético.


La narrativa de recuperación del Gobierno libertario acaba de chocar de frente con el diagnóstico sin filtro de la élite financiera internacional. Los bancos globales BBVA y Santander rompieron el silencio en el medio español Expansión, lanzando una contundente advertencia sobre el estado actual de la economía argentina.

"Las perspectivas de crecimiento económico se han deteriorado en el tercer trimestre", alertó BBVA, mientras que Santander fue aún más categórico: "La situación es más complicada de lo que pensábamos."

El balance del tercer trimestre es recesivo, marcado por una volatilidad récord en las tasas de interés y un aumento significativo en la morosidad, lo que provocó una drástica reacción por parte de la banca: cerrar la canilla del crédito.

Freno al motor de la reactivación

La decisión de los bancos dinamita el plan oficial, que apuesta a la expansión crediticia como principal motor para reactivar el consumo y la producción.

Los bancos revelaron fuertes caídas en sus ganancias en el país y confirmaron una parálisis en sus operaciones. "Hemos reducido de forma significativa la producción de préstamos ante el deterioro del entorno", explicaron desde el BBVA.

Santander precisó a qué se reduce hoy su cartera de clientes: "Básicamente, los únicos préstamos que concedemos en Argentina son a empresas exportadoras en dólares y a energéticas." Para el resto del mercado y las PyMEs, la liquidez es nula.

La doble grieta: liquidez e insolvencia

La economía local enfrenta una doble problemática que ahonda la crisis:

1.Falta de liquidez: Cada intento del Banco Central por reducir la tasa de interés en busca de oxígeno crediticio solo genera desconfianza, presionando el frente cambiario.

Aunque el Gobierno espera un ingreso de USD 1.500 millones por la cosecha de trigo, la cifra es apenas un paliativo.

2.Riesgo de insolvencia: Este es el nudo más complejo. Enero impone pagos de vencimientos críticos por unos USD 4.500 millones. Las reservas netas del país se encuentran en un estado alarmante, estimadas en alrededor de USD 16.000 millones negativos, según cálculos del FMI.

La búsqueda desesperada del "Repo"

Ante la imposibilidad de conseguir financiamiento externo tradicional, la administración nacional ha activado la compleja ingeniería financiera para conseguir un Repo (acuerdo de recompra) por una cifra equivalente a los vencimientos inminentes.

JP Morgan coordina la operación, mientras que Morgan Stanley figura como uno de los pocos interesados en la mesa. El obstáculo principal es la garantía. Argentina ofrece como colateral los bonos BoPreales, cuya estructura legal debe ser validada por bufetes de Nueva York para que sean aceptables. Sin una garantía "sólida" y jurídicamente blindada, los operadores son claros: nadie firmará la operación.