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El principal objetivo del equipo económico, liderado por Luis “Toto” Caputo, es contener las presiones cambiarias y financieras para llegar a las elecciones legislativas del 26 de octubre sin un nuevo sobresalto en el tipo de cambio. La estrategia de las últimas semanas se asemeja a una defensa "a ultranza", buscando minimizar el impacto de la incertidumbre preelectoral sobre las reservas del Banco Central (BCRA) y la estabilidad del dólar.

El "Foso" Financiero Contra la Corrida

Para evitar que el dólar alcance el límite superior de la banda cambiaria, el Tesoro Nacional está desplegando su artillería con una política de venta de divisas sin disimulos. Estos recursos, obtenidos en parte por la reciente eliminación temporal de retenciones, actúan como una primera línea de contención. En los últimos cuatro días, el Tesoro vendió USD 1.000 millones, aunque el promedio de los días jueves y viernes se redujo a unos USD 200 millones diarios, indicando una leve disminución de la demanda.

La prioridad es preservar las reservas del BCRA que fueron prestadas por el FMI, las cuales se consideran intocables. Para fortalecer la resistencia, el Tesoro aún dispone de unos USD 1.500 millones adicionales, además de contar con unos USD 7.000 millones en bonos ajustados al tipo de cambio oficial (conocidos como "dólar-linked"), destinados a cubrir a las empresas ante un salto cambiario poselectoral.

La Expectativa Puesta en Washington

Un elemento crucial en esta estrategia de contención es la negociación con el Tesoro de Estados Unidos, lo que impulsó una leve recuperación de los bonos en dólares tras el compromiso de ayuda expresado por el inversor Scott Bessent.

Se perfila que el apoyo del gobierno de Donald Trump se materializaría a través de un esquema de swap de monedas por aproximadamente USD 20.000 millones, en lugar de desembolsos líquidos. La meta de este salvataje no es su uso, sino su sola existencia: convencer al mercado de que hay fondos suficientes para evitar un default. No obstante, un Riesgo País por encima de los 1.100 puntos refleja que los temores sobre la capacidad de pago argentina están lejos de disiparse.

A esto se suma la intervención continua del Central en el mercado de futuros de dólar, donde mantiene posiciones abiertas por alrededor de USD 8.000 millones.

La Política Por Delante de la Economía

A solo 14 días de las elecciones, los interrogantes giran en torno al día después: ¿Habrá un salto del tipo de cambio? La respuesta, según analistas, depende más del resultado electoral que de cualquier política económica que se implemente en las próximas semanas.

El economista Fernando Marull plantea dos escenarios:

·Resultado Aceptable (Empate Técnico): Un resultado cercano al "35%-35%" entre La Libertad Avanza y el kirchnerismo tranquilizaría al mercado, ya que acotaría el riesgo político. Esto permitiría una salida ordenada de las bandas cambiarias antes de fin de año y una recuperación significativa de los bonos, potenciada por la ayuda de EE. UU.

·Derrota Contundente: Una diferencia superior a cinco puntos a favor del kirchnerismo configuraría un "escenario negro". En tal situación, flotar el tipo de cambio sería desestabilizador, y se podría volver a considerar opciones extremas como la dolarización definitiva.

La fortaleza del Gobierno y la postura del kirchnerismo tras el 26 de octubre serán los verdaderos determinantes del rumbo económico posterior.