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El incremento inesperado de la actividad solar ha puesto en alerta a la comunidad tecnológica y a agencias espaciales de todo el mundo. La NASA advierte que la intensificación de las explosiones de plasma podría derivar en tormentas geomagnéticas capaces de paralizar sistemas críticos en la Tierra, desde las redes de energía hasta el GPS. (foto gentileza Cadena 3)

Este fenómeno, enmarcado en el Ciclo Solar 25, es una sorpresa para los científicos, quienes esperaban que la tendencia de baja actividad que se mantuvo por más de 30 años (entre 1980 y 2008) continuara. Ahora, el foco está en las consecuencias de una eyección de masa coronal (CME) a gran escala.

Un Evento con Graves Consecuencias

El impacto de estas tormentas se traduciría en una cascada de fallas tecnológicas. Entre las principales amenazas se encuentran:

·Pérdida de señal de GPS y daños a satélites esenciales para la navegación.

·Apagones eléctricos a gran escala, causados por la sobrecarga de transformadores en las redes de energía, con potencial de afectar continentes enteros.

·Interrupción de las telecomunicaciones terrestres y marítimas, afectando infraestructura digital y servicios esenciales.

Históricamente, estos eventos no son inauditos. El Evento Carrington de 1859 colapsó las redes telegráficas, y la tormenta de 1989 dejó a millones de personas sin luz en Quebec durante horas. Los expertos señalan que un incidente de esa magnitud hoy tendría consecuencias económicas y logísticas de proporciones desconocidas.

Además de los riesgos terrestres, los astronautas en órbita y los vuelos polares quedarían expuestos a niveles peligrosos de radiación. Un efecto más visible serían las auroras boreales, que podrían ser vistas en latitudes mucho más bajas de lo común, un fenómeno que ya se presenció en lugares como el sur de México durante una tormenta geomagnética en mayo de 2024.

Para mitigar los daños, organismos internacionales están desplegando una estrategia de alerta temprana, complementando los satélites actuales con nuevas misiones como IMAP y SWFO-L1, lanzadas en cohetes Falcon 9, buscando proteger la infraestructura vital del planeta.